
Desafortunadamente el manejo de la TB resistente es muy complejo y no puede estar a cargo del primer nivel de atención, como ocurren en nuestro país.
El tratamiento de la TB resistente debe garantizar la administración de drogas adecuadas, con monitoreo y solución de sus frecuentes reacciones adversas, la adherencia al tratamiento; así como una adecuada nutrición del paciente y vigilancia de su salud mental. El tratamiento farmacológico, aun es limitado, y no es la medida exclusiva que asegure la cura del paciente. El ser humanos es más complejo que ser adherente a tomar medicamentos; muchos pacientes abandonan no por intolerancia a las drogas, sino porque no toleran ser marginados, discriminados por su familia, amigos o el personal de salud, porque deben trabajar, porque se deprimen o porque tienen alguna adicción que no pueden superar.
Desde hace mucho tiempo se ha postulado la creación de instituciones especializadas que se encarguen de el manejo completo de estos pacientes, pero nadie asume esta medida. En cambio, experiencias en Lima de manejo ambulatorio de la TB resistente en el primer nivel de atención, con cobertura de gastos con dinero externo, han sido promocionados como exitosos y recomendados. Lamentablemente, esa experiencia no ha podido ser reproducida, y el primer nivel de atención no ha podido estar a la altura de esta enfermedad tan compleja. Basta visitar un centro o puesto de salud con pacientes con TB MDR y ver la tasa de abandonos que supera el 15%, según cifras oficiales, y darse cuenta de las limitaciones en el número de personal capacitado y otros recursos para tratar a estas personas. Una comparación ilustrativa, sería como encargar a los puestos y centros de salud administrar la quimioterapia de pacientes con cáncer; eso sería muy osado, para eso se creo el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas, su símil para la TB resistente, que es un daño más recuperable que las neoplasias, simplemente, no existe.
Hay una enorme tarea por hacer, es momento de anteponer intereses, personales y sumar para hacer fuerte la lucha contra la TB resistente en Perú. Actualmente hay mas de 100 pacientes vivos con TB XDR en Lima, personalmente conozco a algunos y, en todos los casos, me doy cuenta que algo más se puede hacer por ellos porque, como nosotros, quieren seguir viviendo.
El tratamiento de la TB resistente debe garantizar la administración de drogas adecuadas, con monitoreo y solución de sus frecuentes reacciones adversas, la adherencia al tratamiento; así como una adecuada nutrición del paciente y vigilancia de su salud mental. El tratamiento farmacológico, aun es limitado, y no es la medida exclusiva que asegure la cura del paciente. El ser humanos es más complejo que ser adherente a tomar medicamentos; muchos pacientes abandonan no por intolerancia a las drogas, sino porque no toleran ser marginados, discriminados por su familia, amigos o el personal de salud, porque deben trabajar, porque se deprimen o porque tienen alguna adicción que no pueden superar.
Desde hace mucho tiempo se ha postulado la creación de instituciones especializadas que se encarguen de el manejo completo de estos pacientes, pero nadie asume esta medida. En cambio, experiencias en Lima de manejo ambulatorio de la TB resistente en el primer nivel de atención, con cobertura de gastos con dinero externo, han sido promocionados como exitosos y recomendados. Lamentablemente, esa experiencia no ha podido ser reproducida, y el primer nivel de atención no ha podido estar a la altura de esta enfermedad tan compleja. Basta visitar un centro o puesto de salud con pacientes con TB MDR y ver la tasa de abandonos que supera el 15%, según cifras oficiales, y darse cuenta de las limitaciones en el número de personal capacitado y otros recursos para tratar a estas personas. Una comparación ilustrativa, sería como encargar a los puestos y centros de salud administrar la quimioterapia de pacientes con cáncer; eso sería muy osado, para eso se creo el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas, su símil para la TB resistente, que es un daño más recuperable que las neoplasias, simplemente, no existe.
Hay una enorme tarea por hacer, es momento de anteponer intereses, personales y sumar para hacer fuerte la lucha contra la TB resistente en Perú. Actualmente hay mas de 100 pacientes vivos con TB XDR en Lima, personalmente conozco a algunos y, en todos los casos, me doy cuenta que algo más se puede hacer por ellos porque, como nosotros, quieren seguir viviendo.